Explicación del nombre del blog:No es necesaria. Ya pronto lo entenderá.(¿Notó que sólo usé una vocal, la a?)
Génesis:
La elección largamente rumiada iba agregando opciones a medida que los días pasaban .
Desarrollo:
Primero fue una sola opción: VOY A IR A UN GIMNASIO, porque esto de que no me entre la ropa, ya me está creando una angustia existencial de dimensiones insospechadas.
Pero las dimensiones de mi angustia existencial, al parecer, no eran tan importantes, porque, en el fondo de mi corazoncito, yo sabía que si encontraba uno a gusto, iba a empezar a encontrar excusas diversas, en general muy creativas (porque yo soy muy creativa, eso sí, para todo, y, en especial, para las excusas) para ir una vez sí y dos no. Con la consiguiente carga de culpa generada por semejante derroche de dinero. La cual culpa tendría que ser apaciguada consumiendo peligrosas cantidades de turrones, bizcochos de grasa y mantecol, que provocarían nuevos expandimientos dimensionales a nivel corporal.
Entonces, surgió la segunda opción:
VOY A ESCRIBIR ALGO, pensé, con íntimo regocijo. Pero también pensé, con íntima frustración, que no es posible publicar sin gastar dinero en costosas impresiones, distribución y publicidad, y sin tener que frustrarme recibiendo infinitos rechazos de editores. Así que no hacía nada.
viernes, 14 de diciembre de 2007
Sección LITERATURA: EL DESEO, un cuento de L.A.Braderhurst
NOTA SOBRE LA AUTORA
Lee Ann Braderhurst, que nació en Filadelfia en 1901, fue una mujer demasiado adelantada para su época.
Amó a Roderick Gaynes, 15 mayor que ella, desde que ella tenía 14 años.
Tras un largo y tormentoso romance, se casaron al cumplir ella 15 años.
Su matrimonio duró poco, apenas 24 años.
Cuando se divorciaron, él se fue a vivir con su papá, y ella marchó al frente como Corresponsal de guerra para un importante periódico neoyorkino.
Desde el frente escribió crónicas inolvidables, con un innegable toque femenino que seducía a sus lectores, quienes se contaban por millares.
A partir de esa época, escribió también cuentos, novelas, ensayos, y un drama en 28 actos, el cual, incomprensiblemente, ningún empresario quizo montar nunca.
Murió muy joven, a los 42 años, víctima de una violenta cirrosis hepática, que contrajo a causa de su inamovible costumbre de beber varios litros de leche con cacao y crema por día.
Reproducimos aquí uno de los cuentos que integran un libro recientemente publicado y en el que se trasluce su indiscutible estilo cáustico, melindroso, y, por momentos , groseramente sutil.
El retrato que acompaña a esta suscinta biografía se debe al notable artista plástico argentino-uruguayo Monte Video, a quien le agradezco caudalosamente
EL DESEO
Eileen y yo hemos hablado mucho de este tema. Lo hemos conversado hasta quedar exhaustas. Ambas deseamos intensamente hacerlo. Cada vez que pensamos en ello, una especie de escalofrío nos recorre la médula y nos cosquillea en la piel. Pero siempre hay una mano invisible que nos detiene en el momento justo, y nos quedamos en el umbral.
Sabemos lo que la gente piensa, esa gente que se considera la dueña de la verdad, del honor, de la decencia. Pero esa gente no nos importa ni su censura nos afecta. La traba está dentro de nosotras, fruto maldito e inevitable de represiones incorporadas a través de generaciones, como una coraza de hierro que nos atenaza los sentimientos y las sensaciones.
Ambas sabemos que alguna vez lo haremos. Pero todavía no. Quién sabe sea mañana, tal vez en dos semanas, a lo mejor dentro de un mes. Pero el momento llegará y Eileen y yo cruzaremos ese umbral, con el corazón batiendo desordemadamente, y ya nada podrá impedirnos que juguemos al billar en el bar de Lou Chapman.
Murió muy joven, a los 42 años, víctima de una violenta cirrosis hepática, que contrajo a causa de su inamovible costumbre de beber varios litros de leche con cacao y crema por día.
Reproducimos aquí uno de los cuentos que integran un libro recientemente publicado y en el que se trasluce su indiscutible estilo cáustico, melindroso, y, por momentos , groseramente sutil.
El retrato que acompaña a esta suscinta biografía se debe al notable artista plástico argentino-uruguayo Monte Video, a quien le agradezco caudalosamente
EL DESEO
Eileen y yo hemos hablado mucho de este tema. Lo hemos conversado hasta quedar exhaustas. Ambas deseamos intensamente hacerlo. Cada vez que pensamos en ello, una especie de escalofrío nos recorre la médula y nos cosquillea en la piel. Pero siempre hay una mano invisible que nos detiene en el momento justo, y nos quedamos en el umbral.
Sabemos lo que la gente piensa, esa gente que se considera la dueña de la verdad, del honor, de la decencia. Pero esa gente no nos importa ni su censura nos afecta. La traba está dentro de nosotras, fruto maldito e inevitable de represiones incorporadas a través de generaciones, como una coraza de hierro que nos atenaza los sentimientos y las sensaciones.
Ambas sabemos que alguna vez lo haremos. Pero todavía no. Quién sabe sea mañana, tal vez en dos semanas, a lo mejor dentro de un mes. Pero el momento llegará y Eileen y yo cruzaremos ese umbral, con el corazón batiendo desordemadamente, y ya nada podrá impedirnos que juguemos al billar en el bar de Lou Chapman.
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1 comentario:
Hola Silvia, me ha gustado mucho el cuento.
Te lo juro que es tan irresistiblemente enigmático...
Vendré otro día a visitarte, lo prometo.
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